Cómo mantener viva la pasión por tu negocio

Ser propietario de un salón de belleza, o spa, comporta momentos buenos y malos. Se trata de una actividad basada en la continua interacción con los clientes que, en algunos casos, pueden pretender mucho.

Gestionar el equipo, cuidar a los clientes, cuidar todos los aspectos del negocio puede tener efectos negativos en nuestra motivación.

Para casi todos los propietarios de salón, o spa, montar el negocio significa realizar un sueño, hasta que no tienen que enfrentarse a los primeros problemas. En consecuencia, es posible sentir que la pasión de un tiempo va desvaneciéndose poco a poco. La pasión es el motor de la empresa, y nunca puede faltar. Así que, hoy, te daremos algunos consejos para mantener siempre viva la pasión por tu negocio.

1) El factor “confianza en ti mismo”: Ponerse en situaciones que desafían nuestras habilidades es una buena forma de crecer como profesional, y sobre todo, como emprendedor. Para resultar ganador en el desafío hay que confiar en uno mismo. La confianza en uno mismo se traduce en creer que, en cualquier situación, seremos capaces de encontrar una forma para solucionar el problema, o conseguir el objetivo que nos hemos fijado. Hasta en los peores momentos, la confianza en uno mismo es una óptima aliada y ayuda a mantener viva la pasión por lo que hacemos, y hemos conseguido hasta ese momento.

2) El factor “conocimiento”: ¡Conocer es tener el poder! Ninguna otra afirmación es tan cierta como esta. Siempre se puede aprender más, y ser emprendedor significa tener la posibilidad de aprender algo nuevo cada día. Si tienes sed de conocimiento, estás en buen camino para mantener viva la pasión por tu negocio. Normalmente, los emprendedores que pierden su pasión, son los que se han cansado de aprender. El aprendizaje estimula las mentes atentas, y despiertas. Aprende todo lo que puedas y la motivación nunca te faltará.

3) El factor “tenacidad”: La tenacidad es lo que te saca de la cama por la mañana. Ser tenaces significa tener ganas de seguir trabajando, de mejorar cada día. Si eres tenaz, muy difícilmente querrás tirar la toalla. Si tu factor “tenacidad” es un poco débil, analiza la situación y define qué es realmente lo que despierta tu pasión. Una vez encontrada la fuente de tu pasión, lucha por mantenerla siempre viva.

4) El factor “lo malo puede pasar”: Este factor es el más difícil de aceptar, pero no lo puedes ignorar. Las cosas malas en un negocio pasan, no hay escapatoria. Todo depende de cómo gestiones la situación. Además de eso, las cosas malas siempre pasan por alguna razón. ¿Estás seguro que tu actitud, o tus decisiones, no hayan creado el problema? ¿Eres tú el origen del mismo? Afortunadamente, la pasión te da el coraje de tomar decisiones difíciles, y de buscar soluciones más eficaces. Es cierto que lo malo puede pasar, pero con tu pasión todo se puede solucionar.

5) El factor “abrumador”: Ser propietario de un salón, o spa, es un trabajo muy duro. A veces te sientes abrumado, y tienes la impresión de no poder con todo. Esta es la señal que ha llegado la hora de actuar. A veces, con solo pedir ayuda a tus colaboradores, ya tienes mitad del problema solucionado. Céntrate en los problemas principales y no tengas miedo de delegar a tus empleados los trabajos que no requieren de tu atención directa. En muchas ocasiones, la sensación de sentirse abrumado es la que afecta negativamente a nuestra pasión por el negocio.

6) El factor “perspectiva”: Este factor es fácil de entender. Mantener una perspectiva realista de dónde se encuentra tu negocio, combinada con expectativas realistas, es la mejor estrategia para mantener viva tu pasión. Esta perspectiva te permite ver los problemas con más claridad, así como las soluciones. Al mismo tiempo, te permite ser estratégicamente más eficaz en la toma de decisiones.

Dicho esto, solo te queda una cosa por hacer: tomarte el tiempo para evaluar tu nivel actual de pasión por tu negocio. Si notas una cierta carencia, repasa uno por uno los puntos de este artículo; ponlos en práctica y lucha para recuperar la pasión que perdiste. ¡El éxito te espera a la vuelta de la esquina!

¿Qué hacer cuando tu negocio va mal?

Exactamente como los humanos, un negocio puede tener serios problemas de salud de vez en cuando. Si eres propietario de un salón de belleza, o spa, conocerás esa sensación de malestar que produce la idea de que las cosas no estén marchando en la dirección correcta. Si tu negocio es sano, tú también te sentirás en forma; de lo contrario, te sentirás preocupado y estresado.

Puede que en este momento estés experimentando problemas en tu negocio. Con este artículo esperamos poder ayudarte contestando a la pregunta: ¿Qué hacer cuando tu negocio va mal?

Antes de todo, tienes que pasar a la acción e intentar resolver los problemas principales. Aquí empieza lo difícil: no importa lo grande o pequeño que sea el arreglo que se necesite; arreglar algo significa cambiar algo y los cambios pueden producir más estrés. Además de eso, entra en juego el miedo a empeorar las cosas y las miles de dudas que acompañan una decisión importante.

Las dudas, y los miedos, no sirven de nada; así que sigue estos seis consejos y serás capaz de volver a tener las riendas de tu negocio y recuperar tu bienestar.

1) Arregla antes lo peor: La peor parte del problema es la que se tiene que arreglar antes; lo demás puede esperar. Es cierto que arreglar grandes problemas puede generar mucho miedo, pero recuerda que son estos los responsables de la “enfermedad” de tu negocio. Cuanto más pase el tiempo, más difícil será solucionarlos.

2) Levántate y lidera: Los grandes problemas suelen generarse cuando no te sientes bien. En ese momento no estás en condiciones de liderar correctamente tu equipo y gestionar eficazmente el negocio. Vuelve lo antes posible a la acción y demuestra a tu equipo que estás decidido a solucionar lo que va mal.

3) Estudia un nuevo camino: Arreglar problemas significa estudiar un nuevo camino para tu empresa. Lo más importante es, sin dudas, hacer partícipe a todos los miembros de tu equipo del cambio. ¿Adónde irá la empresa de hoy en adelante? Se podría decir que este nuevo camino se traduce también en una nueva visión. Crear claridad es la mejor manera de eliminar la incertidumbre.

4) Comunica como nunca los has hecho antes: Compartir con tu equipo tus ideas, opiniones y pensamientos es una parte fundamental del proceso de cambio. La comunicación es muy importante en una buena estrategia hacia el éxito, pero cuando se trata de solucionar un problema, se convierte en algo imprescindible. Sin una comunicación eficaz no puedes esperarte ayuda y apoyo de parte de tus empleados. Además de eso, la comunicación te permite adquirir mayor confianza en ti mismo y en los demás. Ser transparente y sincero siempre tiene su recompensa.

5) Deshazte de los demás pequeños problemas: Una vez empezado a solucionar los problemas más grandes, aprovecha para deshacerte también de los problemas secundarios. Involucra el equipo al completo en este proceso de solución.

6) Aléjate de los días malos, pero no los olvide: Cuanta más distancia pongas entre los días malos y tú, mejor. Sin embargo, cuando se hacen progresos se tiene la impresión que los problemas se hayan solucionado por completo. No caigas en la trampa. A veces los problemas parecen solucionados, pero necesitan más tiempo para que lo estén realmente. Recuerda siempre los días malos, porqué son estos que te ayudarán a mantenerte siempre atento y a no cometer los mismos errores.

¿Tomar el control de tu salón de belleza o buscar excusas?

Todo lo que pasa en tu salón es consecuencia de algo (o de la actitud de alguien). Pueden pasar cosas buenas, o malas; sin embargo, en cada situación, quién tiene que tomar el control del salón eres tú.

Se trata de la mayor responsabilidad de un líder: saber actuar en el momento adecuado y de la forma más eficaz. De todos modos, los líderes no son superhéroes capaces de escalar montañas sin esfuerzo. Algunos pasan a la acción de forma rápida, pero a punto de llegar a la meta pierden coraje y no son capaces de controlar la situación.

Otros procesan todos los elementos de una decisión de forma demasiado obsesiva, antes de pasar a la acción. Eso se traduce en una falta de control y en la perdida de muchas oportunidades en el camino. A este punto, la elección es tuya: ¿quieres tomar el control de tu salón de belleza o seguir buscando excusas por no hacerlo?

En este artículo te dejamos algunos consejos sobre cómo tomar el control de tu salón sin que eso se convierta en un dolor de cabeza.

1) Las debilidades son obstáculos: Las debilidades son esas pautas de comportamiento y formas de pensar que afectan negativamente tus buenos propósitos. El miedo a enfrentarse a tus empleados, al no ser apreciado, al tomar decisiones que afecten negativamente al equipo, podrían frenarte en la toma de decisiones.

La clave para superar tus debilidades consiste en reconocerlas. Normalmente, la forma en la que te sientes sugiere claramente cuando la debilidad se está presentando. Es difícil salir de tu zona de confort, pero a veces es necesario para tomar el control de la situación. Recuerda que los buenos líderes siempre tienen la situación bajo control.

2) Tomar el control de tus oportunidades: Tomar el control para conseguir el mejor resultado significa también abrirse a nuevas oportunidades. Es la diferencia entre emprender el viaje hacia una tierra lejana o sentarse delante de tu casa hablando de los sitios maravillosos que te gustaría visitar. La experiencia y el conocimiento son fruto de la acción, y no de los sueños.

3) Tomar el control y no ser un dictador: El director de una orquesta controla el flujo, el ritmo y la intensidad de los instrumentos. En calidad de líder de tu negocio, eres tú quién diriges. Tomar el control significa dirigir, enseñar e infundir energía en los demás. Los líderes que confunden esto con tomar un control dictatorial, tendrían que plantearse un cambio radical en su forma de liderar. Crear una cultura empresarial toxica y disfuncional, afecta negativamente al negocio. El control hay que tomarlo con respecto e integridad.

4) Refugiarse en las excusas: La productividad, el beneficio, la retención del equipo y la fidelidad son los cuatro elementos más importantes del negocio. Si no los controlas, no puedes esperarte grandes resultados. Se podría comparar esta situación al encontrarse en un barco, en el medio del Océano, dejando que sea la corriente a decidir tu rumbo.

Cuando las cosas empiezan a ir mal, no hay excusa que valga. Puedes encontrar todas las excusas que quieras para negar que la responsabilidad es tuya. Buscar refugio en las excusas no es beneficioso ni para el negocio, ni para ti. ¿Qué pueden pensar tus empleados al verte tan perdido? ¿Qué pueden opinar de ti al ver que no asumes tus responsabilidades y prefieres escaparte del juicio de los demás?

A este punto, solo te queda una cosa por hacer: levantarte con orgullo del cómodo sillón que has ocupado durante tanto tiempo, tomar las riendas de tu salón de belleza y hacer de todo para perseguir el éxito. ¡Olvida las excusas y los miedos a partir de hoy!