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Contratar a un nuevo empleado. ¿Qué es lo que cuenta?

Recibes una llamada de alguien interesado en tu oferta de trabajo en el salón. Lo primero que te pregunta es: “¿Qué salario ofrecéis?

Nunca hemos entendido por qué el tema del sueldo empiece antes de poder preguntar: “Cuéntame algo sobre tu experiencia”.

Contratar a un estilista, masajista, esteticista etc. tiene que ver con encontrar la persona que encaje con los requerimientos en términos de experiencia, competencia y personalidad. No se trata únicamente de contratar a un empleado, sino de encontrar la persona correcta para cubrir el puesto. Es una inversión de tiempo, energía y recursos que representarán una oportunidad de crecimiento para el profesional seleccionado.

Si el sueldo es el único tema importante en la entrevista, algo no funciona. Muchos propietarios de salones de belleza, centros de estética y spas se encuentran estancados en la conversación sobre el sueldo, o eventuales comisiones, mucho antes de saber si esa persona es la adecuada. El tema del sueldo tiene que llegar solo en un segundo momento.

En este artículo te enseñaremos cómo enfrentarte al proceso de selección sin quedarte estancado en el tema del sueldo. De esa manera aprenderás a contratar a un nuevo empleado de la forma más eficaz.

1) El candidato se vende y tú lo compras – Para que el candidato pueda ser seleccionado, tiene que saber “venderse”. Centrarse de inmediato en el tema del sueldo comporta un problema de enfoque importante. El dinero no deja espacio al concepto de oportunidad. Si lo que ofreces al candidato es la oportunidad de crecer como profesional, y de perseguir una carrera en el sector, este tendría que ser uno de los puntos más importantes en la entrevista. Reflexiona sobre lo que estás ofreciendo realmente: ¿Sólo es dinero o es una oportunidad?

2) Antes de todo la historia del candidato – Tu primer objetivo en la entrevista tiene que ser aprender todo lo que puedas sobre la historia profesional del candidato. Ayúdale a quedarse centrado en su curriculum, y pregúntale sobre su experiencia y aspiraciones. Si te pregunta enseguida sobre el sueldo, contesta algo parecido a: “Ya llegaremos a este punto, pero antes me gustaría saber algo más de ti”.

3) Aclara todos los puntos del curriculum – Una de las cosas más importantes es tener una idea clara de toda la historia profesional del candidato, y de aclarar los puntos que pueden parecer problemáticos. Por ejemplo, el candidato podría contarte de haber tenido problemas con su anterior jefe. Pregúntale más en detalle sobre el problema y asegúrate que lo mismo no pueda pasar también en tu salón. No cuentes más sobre la oportunidad que estás ofreciendo, antes de haber aclarado todos los puntos que consideras oportuno tratar.

4) Ahora, cuenta tu historia… – A este punto ha llegado el momento de contar la historia de tu negocio, y qué es lo que ofreces concretamente. Empieza contando algo de tus inicios, subrayando eventuales logros. Comparte tus historias de éxito y facilita detalles sobre el sistema de trabajo, la cultura empresarial, la misión y visión etc. A continuación, puedes explicar cómo serán los primeros días en la nueva posición y qué expectativas tienes. De esa manera estarás explicando en detalle las características del puesto y los beneficios que el candidato puede esperarse trabajando por ti. No hables del sueldo todavía y céntrate en los beneficios principales del puesto en general.

5) ¿Es el candidato correcto? – A este punto ambas partes han tenido la oportunidad de conocerse mejor. Has escuchado la historia del candidato y él ha podido saber más sobre tu negocio. En una entrevista de trabajo, no se trata únicamente de evaluar al candidato. En realidad la evaluación es recíproca. Ha llegado el momento de saber si hay interés por ambas partes en empezar esta colaboración. Pregunta al candidato si cree que el puesto de trabajo que ofreces podría interesarle. Si la respuesta es “sí” puedes seguir en el proceso de selección, si es “no” pregúntale el por qué e intenta entender la razón de su hesitación.

6) La decisión mutua – Si ambas partes habéis “sobrevivido” hasta la fase 5 de la entrevista, ha llegado el momento de tratar el tema del sueldo. Eso no quiere decir que el candidato seguramente aceptará tu oferta, pero tendrá todos los elementos para tomar la decisión correcta. Ahora el sueldo no será su única preocupación, ya que conocerá todas las demás cosas que puedes ofrecerle.

Recuerda que son pocas las personas que aceptan un trabajo sólo por el sueldo (hay profesionales así, pero son una minoría). Hay otros elementos que se toman en cuenta, como las oportunidades de carrera o de crecimiento profesional.

Si te has encontrado estancado en el tema del sueldo demasiado pronto durante el proceso de selección, la culpa no puede recaer únicamente sobre el candidato. Tienes que aprender a guiar de la forma más eficaz la entrevista. Si sigues estos seis pasos, contratar a un nuevo empleado será mucho más fácil.

¿Estás preparado para hacer crecer tu salón de belleza, o spa?

Si eres propietario de un salón de belleza, o spa, seguramente tendrás una visión muy precisa de los resultados que quieres alcanzar en los próximos años. Hacer crecer tu salón de belleza es antes de todo una cuestión de visión: ¿Qué metas quieres alcanzar? ¿Qué resultados te esperas?

Alcanzar el crecimiento que te has planteado tiene que ver sobre todo con tu actitud. En este artículo te enseñaremos cuatro preguntas que te harán reflexionar y te permitirán contestar a la cuestión: “¿Estoy preparado para hacer crecer mi salón de belleza? Vamos a verlas a continuación.

1) ¿Tu capacidad de liderazgo está creciendo al mismo ritmo de tu salón?

Liderar un pequeño salón de belleza, no es lo mismo que gestionar y liderar uno grande. Dicho eso, es fácil entender que tu capacidad de liderazgo tiene que desarrollarse al mismo ritmo que tu salón. ¿Estás listo para aceptar el reto? ¿Estás preparado para salir de tu zona de confort y tomar decisiones difíciles? Muchos propietarios de salones de belleza se quedan estancados y no consiguen cambiar su visión y actitud frente a los cambios. Si quieres que tu negocio crezca, tienes que crecer junto a él.

2) ¿Estás planeando el futuro de tu salón de belleza, o spa?

Los salones de éxito siempre planean su futuro. Pensar que el crecimiento sea algo natural, que vendrá por si solo tarde o temprano, es un error. Si no tienes una idea clara de los pasos a seguir para hacer crecer tu salón, es muy difícil que lo logres. La clave está en individualizar todos los riesgos, y las oportunidades, con antelación. Si no te has parado nunca en pensar cómo será tu salón en los próximos treinta días, seis meses o un año, te falta un plan.

3) ¿Eres capaz de delegar y evitar estar siempre involucrado en todo?

Uno de los errores más frecuentes de algunos propietarios es el de querer estar involucrados en todas las pequeñas decisiones del salón. Para conseguir un crecimiento importante, tienes que aprender a delegar. No tienes la capacidad física y psicológica para gestionar cada pequeño detalle. Aquí es dónde se requiere confianza. Si no confías en nadie, olvídate el gran crecimiento que te esperas (y te mereces).

4) ¿Estás desarrollando tu capacidad de gestión financiera?

Sin una correcta y eficaz gestión financiera, tu salón de belleza difícilmente conseguirá crecer al ritmo que te has planteado. Muchos salones viven bajo la constante amenaza de enfrentarse a una crisis financiera. ¿Sabes a qué se debe eso? Se debe a la falta de competencias técnicas de su líder. Si quieres lograr un importante crecimiento, construye un sistema financiero sólido.

Por finir, el nivel de crecimiento de tu salón depende también de tu capacidad de pensar en grande. ¿Qué meta quieres lograr en los próximos cinco años? ¿Cómo será tu salón dentro de diez años? ¿Lo tienes claro?

Si lo tienes claro, empieza a trabajar para lograrlo. ¡El éxito es algo que solo tú puedes conseguir, pero solo si empiezas a pensar de la forma correcta!

El corazón del dueño de un salón de belleza, o spa

Lo que te empujó a montar tu salón de belleza, o spa, es un sueño. No permitas que ese sueño se desvanezca por ninguna razón.

Si tenía que ver con montar tu propio negocio y crear algo único…

No dejes de soñarlo

Si tenía que ver con liderar un equipo extraordinario y talentoso

No dejes de soñarlo

Si tenía que ver con alcanzar el éxito financiero y tener la libertad de hacer lo que más te gusta

No dejes de soñarlo

Si se trataba de ambición y de un desafío contigo mismo

No dejes de soñarlo

Elegir el camino empresarial en el sector de la belleza, es un reto fascinante y emocionante.

– Montar el salón de tus sueños es emocionante
– Formar tu primer equipo es emocionante
– La alegría de ver a tus jóvenes empleados convertirse en grandes profesionales no tiene comparación

Todo eso se traduce en pasión; la pasión que reside en el corazón del dueño de un salón de belleza, o spa.

Es ese corazón que da vida al negocio, le ofrece un sentido y un propósito. Es el corazón del propietario que mantiene alta la motivación en momentos difíciles, y cuándo ese corazón empieza a perder la fe en sus sueños, el negocio se encuentra en peligro.

A continuación te enseñaremos a través de algunas reflexiones, como el corazón del dueño de un salón represente el corazón de todo el negocio.

1) El corazón del dueño da pasión al trabajo: Sin dudas, tener un sueño en tu corazón es fuente de grande pasión. El trabajo es “menos trabajo” cuando las personas sienten pasión por lo que hacen. Si el sueño reside en el corazón, entonces es él lo que da sentido al proyecto empresarial.

– Si sientes pasión por tu trabajo, transmítela a tu equipo. La pasión es capaz de infundir motivación en los que te rodean.

– Si sientes que la pasión se está desvaneciendo, busca razones para recuperarla. Si tu equipo se da cuenta que tu pasión se ha acabado, es probable que la suya también disminuya, o desaparezca.

2) El corazón del dueño de un salón se compromete a alcanzar grandes metas: Un líder determinado, tenaz y focalizado en sus objetivos hará crecer su empresa.

– El corazón no tiene que sentir miedo, sino centrarse en la meta en todo momento

– Si tienes miedo a las dificultades, tu equipo se hundirá contigo

3) El corazón del dueño de un salón crea un sentido de urgencia: La energía de un equipo reside en su nivel de compromiso con el negocio. Para eso, crear un sentido de urgencia es muy importante. El crecimiento de la empresa es algo que se consigue con esfuerzo, y trabajo. La procrastinación no se puede contemplar en un proyecto empresarial sólido y de éxito.

– Visión, objetivos, resultados y comunicación eficaz son todos elementos que requieren prioridad.

– La conexión del equipo con la meta, y la visión empresarial, infunde energía y las ganas de resultar ganadores.
– Si tu corazón pierde ese sentido de urgencia, lo perderán también tus colaboradores. Es tiempo de volver a sintonizarte con tus sueños y tu capacidad de liderazgo.

4) El corazón del dueño de un salón crea o destruye el trabajo en equipo: Conseguir que tu equipo persiga un objetivo común es un gran reto. Si tus empleados se sienten en competición entre ellos, no se están centrando en la meta del salón en general, sino solo en la suya.

– El corazón tiene que ser honesto e imparcial con todos sus colaboradores. No tienen que existir favoritos.

– El corazón del dueño tiene que inspirar para que cada uno alcance su máximo potencial. Cuando un miembro del equipo pone sus logros por encima del objetivo común, la cultura empresarial vacila.
– Si no existe disciplina y una cultura de trabajo en equipo en el salón, eso se reflejará en el sistema de trabajo y en los resultados.

5) El corazón del dueño de un salón toma decisiones difíciles: No podrás ser un buen líder, y hacer crecer tu empresa, a menos que no seas capaz de tomar decisiones difíciles. Necesitarás despedir a algunas personas, tendrás que recortar gastos e implementar nuevos procesos. En muchos casos lucharas con la resistencia de tus empleados.

– El corazón del dueño de un salón aguanta la presión, y la ansiedad típicas en la toma de decisiones.

– Ese corazón comunica abiertamente el porqué de las decisiones, el cómo y el cuándo. Ser claro con tu equipo disminuye la incomodidad que acompaña el cambio.

Por finir, tu corazón late al ritmo de tu negocio: si te sientes bien, el negocio se sentirá bien; de lo contrario, el negocio sufrirá contigo. Eres el propietario de tu salón, y la responsabilidad recae sobre ti.

Tomate el tiempo para reflexionar sobre el nivel de compromiso actual de tu corazón, con tu proyecto empresarial. ¿Estás sintonizado con tus objetivos o necesitas cambiar algo? ¿Sientes pasión por lo que haces? ¡No permitas que tu sueño se desvanezca!

¿Mejor trabajar como estilista o como líder de tu salón de belleza?

Así que has conseguido el sueño de montar tu salón de belleza: ¡Enhorabuena! Tienes que saber de todos modos, que el día que te conviertes en el propietario de un salón, tus responsabilidades cambian. Ya no se trata únicamente de lo que puedes crear con tus manos, sino con tu visión, sistema de trabajo, innovación e inspiración. En pocas palabras, tu capacidad de liderazgo se convierte en una habilidad más importante que la de estilista.

No importa lo grande o pequeño que sea tu negocio. Ahora tienes que decidir si es mejor trabajar como estilista, o como líder de tu salón. Vamos a ser sinceros: tu empresa te necesita mucho más como líder, alguien capaz de guiar a los demás y ser un punto de referencia en todo momento. ¿No estás convencido? Aquí te dejamos seis razones por las que ser líder de tu salón es más importante que seguir facilitando servicio directo a tus clientes.

1) Ser un buen líder requiere de tiempo…mucho tiempo: Cuanto más tiempo inviertas en trabajar como estilista, más trabajo acumularas cómo líder del salón. Las tareas del propietario de un salón son más de las que puedas imaginarte. Si se acumulan, los pequeños problemas se convierten en montañas. Esto lleva a un sistema de trabajo poco eficaz y a la perdida de muchas oportunidades.

2) La bomba a relojería: ¿Llevas mucho dinero al salón trabajando como estilista? Podrá parecerte una ventaja, en realidad no lo es. Que la mayor parte de los beneficios los generes tú, significa que el negocio no podría seguir adelante sin ti. Este mecanismo es una verdadera bomba a relojería, que puede estallar en cualquier momento. Recuerda que eres el propietario del salón, y que llegará el día en que tendrás que dejar la parte operativa a tu equipo. Imagínate que por cualquier razón no puedas facilitar más el servicio al cliente; ¿qué pasaría en ese caso? El nivel de beneficios caería en picado. La bomba de la crisis explota cuando menos te lo esperas.

3) La excelencia es algo que se consigue: Para alcanzar calidad y consistencia en tu salón necesitas tiempo, formación, práctica y persistencia. ¿Tienes claro el cuadro en mente? ¿A qué nivel de calidad ha llegado tu sistema de trabajo? ¿Cómo calificarías el servicio al cliente ofrecido por tus empleados? Si esperas conseguir la excelencia sin trabajar duro en todos los aspectos que te permiten alcanzarla, tendrías que cambiar tu forma de ver las cosas. ¿Quieres excelencia? ¡Trabaja duro como líder!

4) Controlar los beneficios: Muchos propietarios de salones odian los números. Sin embargo, liderar un negocio de éxito significa antes de todo tener un plan financiero preciso y detallado. Los números miden el nivel de eficiencia de tu sistema de trabajo. Si ignoras los números no serás capaz de progresar y de crecer al ritmo que te has planteado.

5) Crear planes de carrera: ¿Sabes cuál es la dificultad más grande a la que tendrás que enfrentarte como propietario de un salón de belleza? El abandono de los empleados. Cuando uno de tus mejores empleados decide dejar el salón, para perseguir una mejor oportunidad de trabajo, toda la formación que le has ofrecido y la inversión de tiempo en mejorar sus habilidades están perdidas. Para evitar al máximo este problema, crea un plan de carrera dentro de tu salón. Ofrece a tus empleados la posibilidad de crecer como profesionales, y económicamente. Si consigues retener a los empleados, el nivel de productividad se verá beneficiado. Crear planes de carrera para tus empleados no es algo que puedas hacer mientras ejerces como estilista.

6) Crear valor: La primera razón por la que decidimos adquirir una vivienda, en lugar de alquilarla, reside en el deseo de invertir y aumentar su valor. En la mayoría de los casos, durante los años en los que somos propietarios de la vivienda, invertiremos en reformas, y en mejorarla para poder venderla a un precio más alto y sacar beneficios de la operación. Lo mismo vale para un salón de belleza. Es muy probable que un día quieras vender el negocio. Si has invertido tiempo y esfuerzos en aumentar su valor, saldrás ganando. Cuanto más tiempo inviertas en ofrecer servicios como estilista, menos tiempo tendrás para mejorar el salón bajo todos los aspectos.

Claramente, con este artículo no te estamos sugiriendo de dejar totalmente el trabajo como estilista y de poner a un lado el aspecto más creativo de tu profesión. Lo que decimos es que tendrías que evaluar atentamente si eres capaz de hacer frente a tus responsabilidades como líder.

Si realmente no quieres dejar de trabajar como estilista, empieza reduciendo las horas que dedicas a esta actividad. No olvides que tienes que reservar la mayor parte del tiempo a tus actividades como líder. ¿Aceptas el desafío?

Profesionalidad y éxito en el mercado de la belleza

Si ya tienes un salón de belleza, o estás a punto de abrir uno, construir tu reputación tendría que ser tu primera preocupación. Tu profesionalidad no es una simple etiqueta que te atribuyen; tiene que ver con tu actitud, integridad, confianza y respeto para los demás.

En el mercado de la belleza, como en cualquier otro sector, la profesionalidad es algo que se conquista y tiene que ver con la imagen que eres capaz de transmitir a los demás. El éxito en el mercado de la belleza se conquista con mucho trabajo y esfuerzo, pero tiene una gran recompensa.

En este artículo te daremos 10 consejos para crear la carrera y conseguir el éxito que te mereces

1) Gánate el éxito cada día: El éxito se gana día tras día dando lo mejor de ti en cada momento. Estar atento a los desafíos que se te presentan en el camino, estar listo a luchar, es un claro reflejo de tu seriedad y de tus ganas de triunfar.

2) Pon a prueba tus límites: Hay días malos que pondrán a prueba tu límite de aguante en tu carrera y profesión. Aunque puedan parecer obstáculos, en realidad te permiten conocerte mejor. Conocer tu límite es la mejor forma para demostrar a ti mismo que eres capaz de superarlo. El trabajo fácil te deja estancado en tu zona de confort; sal de ella y emprende el camino hacia la excelencia.

3) No tienes el “derecho” de ser considerado un profesional: Esta afirmación puede parecer algo extraña. En realidad, son muchos los propietarios de salones de belleza, o spa, que piensan tengan el derecho de ser considerados excelentes profesionales, solo por el rol que cubren dentro de la empresa. La profesionalidad tienes que ganártela, así como el éxito. Una carrera se construye, y no se recibe como un regalo.

4) Imagen y reputación: Perseguir una carrera y el éxito significa vivir debajo de un “microscopio público”. Tus acciones y palabras están ahí para ser evaluadas, juzgadas y criticadas. Sobre todo en la era de las redes sociales, donde es muy fácil expresar la propia opinión públicamente, perder tu reputación puede ser una cuestión de pocos segundos (o pocos mensajes). Intenta proteger tu imagen y reputación evitando situaciones que podrían ponerlas en peligro.

5) No te eches nunca para atrás: Este punto es muy fácil de entender, pero a la vez difícil de cumplir. Un profesional de éxito nunca se echa para atrás, sobre todo en situaciones difíciles. Estar ahí, estar presentes, significa ser un líder de confianza. Las personas que tienden a echarse para atrás, son justo las que quieren resultados sin querer salir de su zona de confort.

6) Busca asesoramiento de los mejores: Cuando pides asesoramiento a las personas que ya han conseguido lo que quieres conseguir tú, creas las condiciones para crecer y convertirte en un profesional de éxito. Hay personas que rechazan la idea de pedir consejo, de hacerse guiar; esas personas son las que nunca podrán alcanzar un nivel de profesionalidad envidiable. Dejar de aprender es lo peor que puedas hacer.

7) ¡Cuidado con tu ego!: Si no mantienes bajo control tu ego, es posible que acabe haciéndose tan grande que no podrás controlarlo. No hay nada malo en amarse a uno mismo, pero hacerlo sin control puede hacerte aparecer un idiota. Cuando alcanzas el éxito te mereces un reconocimiento, pero pretenderlo a toda costa no es bueno para tu imagen.

8) Medir es descubrir la verdad: Si el éxito que enseñas a la gente es real, no tienes que preocuparte; pero, en el caso ese éxito sea solo un montaje para cubrir problemas, entonces tendrías que plantearte hacer un examen de conciencia. Existen muchas cosas que se pueden medir en tu salón de belleza: aspectos financieros, operaciones, beneficios etc. ¿Qué dicen de ti y de tu empresa los resultados? ¿Está todo marchando de la forma correcta, o hay algo que se podría mejorar? Si todavía no lo has hecho, mide tus resultados ahora mismo.

9) Abraza la “profesionalidad”: Como decíamos antes, la profesionalidad es una característica que se conquista con trabajo, y esfuerzo. Eres tú que decides hasta que nivel quieres ser un buen profesional. ¿Qué nivel de compromiso tienes con tu empresa, tus clientes, tu ética laboral etc? Todos estos puntos te darán una imagen muy precisa del tipo de profesional que eres.

10) Ayuda a los demás: Todo lo que has conseguido hasta este momento, lo debes seguramente a alguien que te ha ayudado, enseñado y guiado. Ahora que eres el profesional que querías ser, ha llegado la hora de devolver el favor a los que vendrán después de ti. Enséñales el camino que has seguido, ayúdales paso a paso para que se conviertan en los profesionales que se merecen ser. Ser un mentor es la mejor manera para seguir construyendo tu reputación.

A este punto, evalúa atentamente tu modelo de negocio y tu imagen como profesional. Si ninguno de estos puntos se ve reflejado, tendrías que plantearte un cambio.

Crear una carrera de éxito y ser un excelente profesional no siempre es fácil, pero es necesario si quieres que tu empresa triunfe.

¿Qué hacer cuando tu negocio va mal?

Exactamente como los humanos, un negocio puede tener serios problemas de salud de vez en cuando. Si eres propietario de un salón de belleza, o spa, conocerás esa sensación de malestar que produce la idea de que las cosas no estén marchando en la dirección correcta. Si tu negocio es sano, tú también te sentirás en forma; de lo contrario, te sentirás preocupado y estresado.

Puede que en este momento estés experimentando problemas en tu negocio. Con este artículo esperamos poder ayudarte contestando a la pregunta: ¿Qué hacer cuando tu negocio va mal?

Antes de todo, tienes que pasar a la acción e intentar resolver los problemas principales. Aquí empieza lo difícil: no importa lo grande o pequeño que sea el arreglo que se necesite; arreglar algo significa cambiar algo y los cambios pueden producir más estrés. Además de eso, entra en juego el miedo a empeorar las cosas y las miles de dudas que acompañan una decisión importante.

Las dudas, y los miedos, no sirven de nada; así que sigue estos seis consejos y serás capaz de volver a tener las riendas de tu negocio y recuperar tu bienestar.

1) Arregla antes lo peor: La peor parte del problema es la que se tiene que arreglar antes; lo demás puede esperar. Es cierto que arreglar grandes problemas puede generar mucho miedo, pero recuerda que son estos los responsables de la “enfermedad” de tu negocio. Cuanto más pase el tiempo, más difícil será solucionarlos.

2) Levántate y lidera: Los grandes problemas suelen generarse cuando no te sientes bien. En ese momento no estás en condiciones de liderar correctamente tu equipo y gestionar eficazmente el negocio. Vuelve lo antes posible a la acción y demuestra a tu equipo que estás decidido a solucionar lo que va mal.

3) Estudia un nuevo camino: Arreglar problemas significa estudiar un nuevo camino para tu empresa. Lo más importante es, sin dudas, hacer partícipe a todos los miembros de tu equipo del cambio. ¿Adónde irá la empresa de hoy en adelante? Se podría decir que este nuevo camino se traduce también en una nueva visión. Crear claridad es la mejor manera de eliminar la incertidumbre.

4) Comunica como nunca los has hecho antes: Compartir con tu equipo tus ideas, opiniones y pensamientos es una parte fundamental del proceso de cambio. La comunicación es muy importante en una buena estrategia hacia el éxito, pero cuando se trata de solucionar un problema, se convierte en algo imprescindible. Sin una comunicación eficaz no puedes esperarte ayuda y apoyo de parte de tus empleados. Además de eso, la comunicación te permite adquirir mayor confianza en ti mismo y en los demás. Ser transparente y sincero siempre tiene su recompensa.

5) Deshazte de los demás pequeños problemas: Una vez empezado a solucionar los problemas más grandes, aprovecha para deshacerte también de los problemas secundarios. Involucra el equipo al completo en este proceso de solución.

6) Aléjate de los días malos, pero no los olvide: Cuanta más distancia pongas entre los días malos y tú, mejor. Sin embargo, cuando se hacen progresos se tiene la impresión que los problemas se hayan solucionado por completo. No caigas en la trampa. A veces los problemas parecen solucionados, pero necesitan más tiempo para que lo estén realmente. Recuerda siempre los días malos, porqué son estos que te ayudarán a mantenerte siempre atento y a no cometer los mismos errores.

Porqué intentar encontrar soluciones rápidas a los problemas es malo para tu salón de belleza, o spa

Si llevas en el mundo empresarial desde hace tiempo, te habrás dado cuenta que todos tenemos que lidiar con pequeños, o grandes, problemas de vez en cuando. Pensar que todo salga bien a la primera, es una utopía.

Saber cómo gestionar y solucionar estos problemas es muy importante, pero hay un error que se tiene que evitar a toda costa, es decir: intentar encontrar soluciones rápidas.

No nos interpretéis mal; no estamos diciendo que si la solución se puede encontrar rápidamente no se tenga que aprovechar la ocasión. En este caso hablamos de todas aquellas decisiones que se toman de impulso y acaban solucionando el problema solo en parte.

Imagina de pinchar la rueda de tu coche: si le pusieras encima un parche sería la solución más sencilla y rápida, pero, ¿cuánto tiempo duraría el arreglo? Cambiar la rueda sería lo correcto, aunque cueste más tiempo, esfuerzo y dinero.

A continuación te dejamos 6 puntos que te harán reflexionar sobre lo que acabamos de decir.

1) Entiende la situación: Como decíamos, las soluciones rápidas son siempre impulsivas. La idea es que podamos deshacernos del problema cuanto antes, o por lo menos de su aspecto más negativo. En los negocios, los problemas que no se han solucionado del todo vuelven con más fuerza que antes. Respira profundamente y examina las causas que han llevado al problema. Una vez que seas capaz de aislarlas, será más fácil encontrar una solución eficaz.

2) Acepta y soluciona: Una vez individualizado el problema, ¡acéptalo! Se trata del primer paso para solucionarlo. Aceptar significa ser realista y hacerse cargo de tus responsabilidades. Como propietario de tu salón de belleza, o spa, siempre tienes parte de la culpa. Es difícil reconocerlo, pero es la única manera que tienes para enfrentarte a la situación.

3) Piensa en un plan de acción: Solucionar un problema es imposible si no tienes un plan muy claro en mente. Pensar en el plan de acción y ejecutarlo, es algo inevitable. Un buen plan prevé también pensar en los posibles escenarios negativos que se puedan crear. En pocas palabras, necesitas tiempo para entender cuáles son los pasos para llegar a la solución final. La solución rápida, como ves, no es viable.

4) Ejecuta tu plan: Una vez tengas el plan preparado, llega la hora de ejecutarlo. Este punto también necesita tiempo. Todo plan tiene su objetivo y todos los miembros de tu equipo lo tienen que conocer. Si hay que cambiar el “rumbo de tu barco”, todas las personas implicadas tienen que remar en la misma dirección. Hacer un seguimiento de tus progresos es otro punto extremadamente importante. Si hay que cambiar algo en el plan, ¡hazlo! No importa cuánto tiempo sea necesario; recuerda que lo más importante es solucionar el problema por completo.

5) Sé persistente: Las soluciones rápidas casi nunca te hacen llegar al objetivo que te has fijado. Intentar encontrar soluciones rápidas es lo mismo que pintar una pared llena de termitas; el problema se queda ahí. Ser persistente en tu estrategia es la actitud correcta.

6) Aprende de los problemas: Enfrentarse a problemas de vez en cuando es normal. Si los consideras como una manera para aprender, y crecer como empresario y profesional, ya no les tendrás demasiado miedo. Aprender de los errores, y de los obstáculos en el camino, es una oportunidad. Si te derrumbas al primer obstáculo, pierdes la posibilidad de ser mejor líder, mejor empresario y mejor persona. ¿Lo has pensado alguna vez?

Si sientes la necesidad de encontrar una solución rápida, intenta evitarlo. No importa lo convencido que estés de que vaya a funcionar…las soluciones rápidas suelen ser trampas. ¡No caigas en ellas!