Evaluar el rendimiento de los empleados como clave del éxito de tu salón, o spa

¿Evaluar el rendimiento de los empleados de tu salón, o spa te resulta complicado? ¿Te sientes incomodo a la hora de hablar con tus empleados de su nivel de implicación y profesionalidad? Si la respuesta es sí, el artículo de hoy es para ti.

Imagínate este escenario: estás a punto de evaluar el rendimiento de uno de tus empleados. Hay puntos que necesitan ser tratados, una falta de dedición de su parte y sabes que ese empleado es muy sensible a tus comentarios y algo susceptible. Además de eso, su bajo rendimiento está empezando a afectar a otros miembros del equipo.

La evaluación empieza, pero el miedo a herir su sensibilidad o crear una situación demasiado incomoda te lleva a:

– Acabar la evaluación sin insistir sobre los puntos más problemáticos de su comportamiento
– No decir cosas que crees podrían herir demasiado en profundidad su sensibilidad
– No solucionar los temas que de verdad importan.

Aunque parezca raro, este escenario se repite muy a menudo en los salones y spas de todo el mundo. ¿Qué hacer en esta situación?

1) ¡Ve al grano lo antes posible! : En una evaluación de rendimiento, enfrentarse a los problemas más graves desde el principio es la mejor estrategia. La hesitación acaba alimentando el comportamiento que no quieres que se adopte. Aclara de inmediato tus expectativas y transmite la idea que esas expectativas son puntos importantes de tu estrategia empresarial.

2) Focaliza en el resultado de la evaluación: uno de los errores que se cometen más a menudo durante una evaluación de rendimiento es el de focalizar sobre tu proprio nivel de estrés. Ese estrés se genera cuándo necesitas tratar temas capaces de provocar una reacción emocional negativa en la otra persona. La solución es la de centrarse únicamente en el resultado de la evaluación, y no dar demasiado peso a las consecuencias emocionales que puede provocar.

3) Evitar los temas difíciles acaba empeorándolos: Cuando notas que existen problemas de comportamiento, y no haces nada para solucionarlos lo antes posible, tu nivel de liderazgo se ve comprometido. Procrastinar o evitar los temas de más difícil solución acaba empeorándolos. No te estamos sugiriendo de aplicar un control excesivo sobre tus empleados, sino de enfrentarte a los comportamientos dañinos para la empresa, lo antes posible.

4) A veces lo que parece un drama, se convierte en una oportunidad: Es posible que después de la evaluación tu empleado se sienta ofendido, decepcionado o desmotivado. Sin embargo, si eres capaz de transmitirle la idea que tus críticas son constructivas y que le ayudarán a mejorar su rendimiento y profesionalidad, es posible que traiga beneficio de la evaluación. Lo que al principio puede parecer un drama, podría convertirse en una oportunidad de crecimiento profesional para él/ella.

Por finir, uno de los aspectos más difícil de un buen liderazgo tiene que ver con la capacidad de instaurar un dialogo constructivo con los miembros de tu equipo. Empieza a tratar los temas más delicados, sin miedos y con la convicción de que ese dialogo no es bueno sólo para tu empresa, sino para todos los miembros de la organización. En el momento en que consigas verla de esa forma, evaluar el rendimiento de tus empleados  se convertirá en una rutina placentera que te ayudará a alcanzar el éxito que te mereces.

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